martes, 15 de abril de 2014

Semana Santa Digital

La Semana Santa es un tiempo de reflexión y porfunda religiosidad no solo para los cristianos. ¿En qué creemos los revolucionarios digitales? Nosotros tambien tenemos nuestra propia liturgia. Básicamente nuestra Fe está depositada en Alguien. Fue Alguien el que creo la compútadora, internet, etc. Alguien siempre nos salvará si tenemos Fe. Recordemos nuestros ritos para estos días.
Jueves, se celebra "el último chat":
"Alguien apareció en un foro de internet y recomendó un sitio de intercambio de archivos. "Vayan, descarguen y compartan", dijo Alguien. Y así, se creo una gran comunidad virtual. Un usuario medio complicado, un tal Jud@s, subió un archivo .exe con virus y se lo envió a Alguien contaminándole la máquina."
Los fieles festejamos la creación de los chats, las comunidades virtuales y las descargas directas.
Viernes, conmemoración de la "pasión y muerte del disco rígido":
"Alguien intenta desesperadamente salvar su rígido, pero es imposible. Resetea la compu, intenta pasar el antivirus, pero nada. Los programas y los archivos van desapareciando lentamente. Un calvario."
Para los creyentes es una jornada de recogimiento y lamento por cada computadora dañada por un virus.
Sábado, no pasa naranja.
"El ordenador de Alguien sigue muerto. Se busca un técnico capaz de hacer algo pero es sábado, dificil encontrar un alma caritativa dispuesta a mover el traste para ayudar".
El sábado es un día de reflexión en el que tratamos de entender por qué hay gente tan al pedo como para dedicarse a crear virus informáticos.
FESTEJAMOS el Domingo de "Backup"
"Al tercer día, Alguien resucitó su máquina con un viejo Backup."
Es una fiesta para nosotros, una reivindicación del backup que nos da fe y confianza para superar la muerte de cualquier disco rígido. ¡¡¡Aleluya, Alguien hace backup!!!

miércoles, 9 de abril de 2014

Postura del Movimiento Revolucionario Digital ante el Paro General



  • 1-    Apoyamos la huelga general de corte, netamente, digital. Sin transporte, la gente no tiene otra opción que quedarse en la casa, mirando tele, disfrutando un buen videojuego, navegando por internet o paveando en las redes sociales.
  • 2-   No consideramos al transporte público, ni la salud como servicios esenciales. Imprescindible es la luz, una buena señal de internet y celular.
  • 3-  Exigimos actualización al ritmo de la inflación, la real, de la memoria RAM de nuestras computadoras.  
  • 4-   Pedimos la creación inmediata de un programa de “Señales Cuidadas”, donde los ciudadanos podamos denunciar los lugares con baja calidad de señal.
  • 5-    Somos partidarios del paro pero no de la movilización. Hemos optado por el sedentarismo extremo como forma de vida, creemos que un par de tweets o comentarios en las redes sociales causan el mismo efecto que un corte de calle o un acto sin espectadores espontáneos.
  • 6-    Con el fin de la pacificación Nacional, convocamos al dialogo de todos los sectores para reconocer la necesidad de brindar al trabajador pausas de 15 minutos cada hora para jugar al Candy Crush, chequear el facebook y el twitter.
  • 7-    Demandamos el reconocimiento institucional de los revolucionarios digitales y su lucha contra la estigmatización y el linchamiento mediático estereotipado. No somos ñoños. Y, ya que fue removida la estatua de Colón, y quedo un lindo lugar al pedo, bien podría instalarse una antena de wi-fi o, en su defecto, un busto conmemorativo de Steve Jobs.

jueves, 3 de abril de 2014

Paro docente y revolución educativa



Ahora que las clases han iniciado es momento de contar la historia de, lo que pudo haber significado, un verdadero avance en materia educativa en el país. Como suele decirse, no hay que dejar pasar el tren de las oportunidades o, como decimos estos días, cuando tenés buena señal, aprovechá a mandar mensajitos. Estas semanas de huelgas docentes presentaban una ocasión inmejorable para dar el puntapié inicial a la revolución digital en las aulas. Ni lerdo ni perezoso, y con mucho esfuerzo, me apersoné en el Ministerio de Educación para hablar cara a cara con las autoridades.
Me presenté como titular del P.R.T. (no especifiqué que esas siglas respondían al Partido Revolucionario Tecnológico) y argumenté que tenía una excelente propuesta para solucionar el conflicto con los maestros. Quizás confundido, creyéndome otro líder sindical, o tal vez porque ya no tenía mucho que perder, el Ministro, en persona, me recibió en la sala de reuniones sin exigirme demasiadas credenciales.
-Me informan que tiene una propuesta para destrabar las negociaciones con los docentes… Lo escucho –arrancó, escueto, el Titular de la cartera de Educación.
La sala era amplia, con una gran mesa de roble y doce modernas sillas alrededor. Además del Ministro, quien ocupaba la cabecera y jugueteaba en una computadora portátil que estaba conectada a un proyector, estaban dos secretarios o asistentes que tomaban nota de lo que acontecía. Junté coraje, me puse de pie y arranque mi alocución.
            -Tengo un plan muy arriesgado pero no imposible. Mi agrupación cree que el sistema educativo es vetusto, anacrónico y sin sentido. ¿Para qué seguir discutiendo con maestros cuando son completamente prescindibles? –dije para crear una expectativa en la audiencia.
            Los presentes me miraron sorprendidos por mi atrevimiento y por mi soltura para expresarme. El dirigente me hizo un ademán indicándome que continúe.
            -La solución es muy sencilla. Educación a distancia, cursos online o como usted prefiera llamarlo. Chau maestros, no más aulas, adiós personal no docente…En definitiva, basta de problemas. Solo podría haber conflictos de tráfico web o algún que otro pequeño detalle de programación, nada que no se pueda resolver. Si hasta ya han repartido millones de notebooks entre los alumnos… ¡Qué mejor oportunidad para sacarles provecho! –concluí con mucho ímpetu.
            Las autoridades sonrieron, se miraron y quedaron esperando la respuesta del Ministro, la única voz con poder.
            -No está mal… Nos ahorraríamos unos cuántos pesos, ni hablar los negocios inmobiliarios o de otra índole que se podrían generar con la infraestructura edilicia que quedaría vacía. Desde el punto de vista pedagógico… ¿será viable? –preguntó el Ministro.
            -Mi mujer hizo un curso de corte y confección online y, debo admitir, que ha mejorado notablemente haciéndome los dobladillos –aportó uno de los secretarios.
            -No tengo estadísticas en este momento, pero es innegable el auge de este tipo de enseñanza en el mundo –agregué.
            -Hablando de estadísticas, ¿trajo un Powerpoint con gráficos de tortas, porcentajes y esas cosas? –consultó el funcionario.
            -¿Cómo? –titubeé, sorprendido.
            -Si trajo un archivo de presentación de su propuesta… Al ministro le gusta ver las cosas en Powerpoint y, cuantos más efectos tienen las diapositivas, mejor. Para eso tenemos esta sala y el proyector –explicó el otro secretario.
            -Perdón, pero, la verdad, no vine muy preparado –me excusé.
            Supe que era el fin. Las miradas decepcionadas se posaron sobre mí. En segundos pasé de sentirme como un revolucionario en materia educativa, a verme, a mí mismo, como un simple vendedor ambulante, un chanta.
            -Lo lamento, sin presentación en la pantalla, no podemos tomarlo seriamente –sentenció el Titular de la Cartera Educativa, invitándome a retirarme.
            Ese fue el fin de la aventura. Otra batalla perdida en esta lucha contra la analogía. Otra rayita de señal que se pierde.