-No pasaste a verme ayer, ¿sabías que fue el día de la madre?... -me recriminó mi mamá esta mañana al teléfono. Por cierto, cuando ella me llama recuerdo que aún tengo teléfono de línea y debería darlo de baja porque prácticamente no lo uso.
-La última vez que nos vimos te quise instalar el whatsapp en el celu, pero no es mi culpa que todavía no tengas un smartphone, así es imposible ubicarte... Además, estuve todo el día en skype, mami... vos no te conectaste -me defendí con sólidos argumentos.
-Ni siquiera un ramo de flores, un regalo... -siguió lamentándose.
-¡¿Cómo que no?!... ¿No viste que te escribí en el muro de facebook? ¿No recibiste la tarjeta de los perritos catando cumbia que te mandé por mail?...
El silencio sepulcral al otro lado de la línea, según los cánones de la vida social, significaba enojo de mi interlocutor, en este caso mi vieja.
-Ok, te voy a decir la verdad... No fuí a verte porque me quedé en casa preparándote el regalo...
-¿De verdad? -pareció entusiasmarse.
-Si, ¿viste que los futbolistas se ponen una remera bajo la casaca del equipo con frases como "Gracias Má", "feliz día" y las muestran a cámar cuando hacen un gol? Bueno, yo me quedé todo el día jugando al Candy Crush para poder dedicarte mi nuevo record...
La llamada se cortó. Quizás por eso tengo que sacar la línea fija, además de usarse poco, funciona mal. Me parece que la vieja, de todas formas, se emocionó.