domingo, 28 de julio de 2013

Bares de tres patitas

Una vez más, alzaré la voz de los millones de seres tecnodependientes relegados a soportar las penurias de una sociedad que se resiste a digitalizarse. Este es nuestro reclamo: ¿Por qué los bares, confiterías y boliches en general, tienen tan pocos enchufes?¿A quién le importa realmente hoy si el café está aguado, si la medialuna es vieja o si el mozo te escupió el pedido? ¿Qué mente turbada prefiere hoy sentarse mirando el paisaje antes que disfrutar una exclusivo tomacorriente de 220? Según un estudio reciente el 73,48% de los transeúntes antes utilizaba los locales con la excusa de utilizar el baño, esa misma cifra, hoy en día, prefiere mear en un arbolito pero ingresa para recargar la batería del celular o la netbook.El gran problema es la baja oferta de enchufes que hay.
Me sucedió a mí el otro día. El teléfono se me estaba quedando sin batería en el medio de la calle y tuve que meterme a un coqueto café con el único fin de recargar, al menos 10 minutos. Me senté en una mesita y pedí un cortado, saqué de mi morral el cargador y me encontré con la novedad que no tenía ningún toma a la vista. En todo el salón solo había uno bajo una mesa ocupada por cuatro señoras de unos 50 años, que jugaban a la canasta. Me acerqué amablemente a las damas para intentar cambiarles el lugar:
-¿Podría pedirles un favor? -les pregunté cordialmente.
-No nos interesa colaborar, gracias -dijo la más extrovertida, suponiendo que les iba a pedir dinero.
-Solo quería ver si me cambiaban de mesa porque necesito cargar el teléfono y la de ustedes es la única mesa con enchufe -expliqué.
-No -fue la escueta respuesta.
-Seamos comprensivos, para hablar pavadas jugando cartas, da lo mismo estar acá o en cualquier otra mesa -razoné con ellas.
La más extrovertida, además resultó ser la más combativa, se levantó con la jarrita de agua hirviendo que utilizaban para tomar té amenazándome con volcármela sobre la cara si no me retiraba.
Volví cabizbajo a mi mesa, un poco por tristeza y otro poco por vergüenza, todos me miraban.
-Flaco, si querés yo te consigo un asiento cerca de otro enchufe -ofreció el mozo al traerme el pedido.
Está bien, el baño no es el lugar ideal para sentarse a tomar el café, pero cargué el celular en un enchufe solo para mi... Eso sí, no le dejé ni un peso de propina.



lunes, 22 de julio de 2013

Crónica de un alocado festejo del día del amigo

El día del amigo es uno de esos festejos obligatorios. Ahora el problema es cómo lo celebramos nosotros, los que tenemos toda nuestra vida digital, hasta los amigos. Como buen líder que soy, utilizando mi facebook propuse encontrarnos a mi grupo de "fanáticos del Buscaminas":
-¿Sala de Chat, whatsapp o skype? -contestaron varios, casi inmediatamente.
-¡¡¡Chicos, es el día del amigo!!! ¡Hagamos algo más copado! -sugerí.
-¿Un juego online?
-¿Un torneo de Candy crush o de Buscaminas?
-Recién estuve googleando la fecha y, según wikipedia, "en el día del amigo se estila juntarse a recordar anécdotas y compartir momentos de camaradería" -intenté arengarlos.
-Si, google lo dice...
-Nos encontramos a las 9 en el McDonald's del Alto Palermo, ¿les parece bien? -propuse a sabiendas que lo gourmet no era importante en la comunidad virtual.
-¿9 de la noche o 9 de la mañana?
-¿Hay que ir comido?
-¿Llevamos la notebook para hacer un juego en red?
-Me imagino que en el lugar ese hay wi-fi...
-La idea es juntarnos un rato a charlar, comer algo, divertirnos... -expliqué para calmar los ánimos.
-Yo me divierto acá, en mi compu, y tengo comida en la heladera y también charlamos...
-Si, es un poco al pedo juntarnos...
-¿Beto no será un loco que nos quiere envenenar y asesinar? Al fin y al cabo lo conocemos solamente online...
-Todos somos amigos virtuales -intervine para defenderme.
-Pero el único que quiere "festejar" la amistad sos vos... Por lo menos es sospechoso...
-Y sin sentido... Contar anécdotas no puede ser mas divertido que candy Crush.
-No se acuerdan la vez que... se nos colgó el chat tres veces seguidas, fue re-loco -intenté salvar la situación.
-Boludo -me respondieron.
Tuve que borrarme del grupo ante la inminente ola de mails con virus. Esperaré unos días y me reincorporaré con otro nombre de usuario. Ni en pedo me pierdo a este grupo de amigazos.

jueves, 18 de julio de 2013

Discriminación Laboral a un joven Techie

Me encontraba en la búsqueda laboral. Logré ser preseleccionado por una empresa, cuyo nombre no revelaré por cuestiones jurídico-gastronómicas, y cuando fui a la entrevista con el depto. de recursos humanos comenzó la odisea...
Entré a una sala con otros candidatos y nos encontramos que cada uno tenía frente a sí, una hoja en blanco y... ¡UN LAPIZ!... La consigna del Test de Bender (creo que así se llama según pude googlear) era copiar unos dibujos, formas geométricas... ¡A MANO!... Obviamente me invadió el pánico. No podía escanear, imprimir, ni siquiera calcar... Intenté dibujar y, por falta de costumbre, rompí la punta del lapiz, luego le saqué punta en exceso, hasta quebrar el grafito... Después de batallar con el arcaico lapiz, logré hacer unas líneas. Mis garabatos eran tan vergonzantes que alcé mi voz, quizás, en nombre de todos los jóvenes de la era digital.
-¿Es necesario hacer esto? ¿Acaso no se trabaja con computadora en la empresa? -pregunté.
-Si, el perfil que estamos buscando es de un experto en computación pero con esta prueba no calificamos tus dotes artísticas, esto sirve para medir otras cosas -respondió amablemente la entrevistadora.
-¡Me niego, en nombre del progreso, a hacer una prueba manuscrita!... Me parece invasivo, discriminador para las generaciones criadas en el teclado -grité, mirando a mi alrededor esperando se me sumaran los otros candidatos. Todos una manga de cobardes, cagones, seguían como corderitos con sus dibujitos de Bender.
-Podés negarte a hacer el test, no hay problema -replicó, mansamente, la psicóloga irritandome aún más con su tonito de superada.
-En nombre de la revolución Digital, me voy... Pero sépanlo, esto no va a quedar así...Me llevo el lapíz, prueba irrefutable de la discriminación -sentencié.
Levanté mis pertenencias y me fuí. Antes de salir del edificio intenté dibujar en una pared blanca el signo de "fuck you"... me inspiré en el "Me gusta" de facebook... la verdad no dibujaba tan mal, la motivación era otra supuse.... El lapiz lo intentaré vender online como antigüedad.
ABAJO LA FOTO QUE TOME CON EL CELULAR DE MI DIBUJO EN LA PARED. SÍMBOLO DE LA REBELIÓN.
HAGAN CIRCULAR ESTA HISTORIA, QUE NO NOS DISCRIMINEN.

viernes, 12 de julio de 2013

El idioma de la Revolución Digital (1era Entrega)

Todas las culturas revolucionarias tienen su lenguaje, bastan como ejemplo el "camarada" soviético, el "compañero" peronista o el "chabón" del movimiento nacional y popular viejita stone.Nuestra Revolución Digital también está gestando un idioma que lo identifique. Algunos propuestas para utilizar en la lengua coloquial:
- Cuando te están molestando y estás a punto de reaccionar:"¡No me guglié, que me vas a encontrar!"
- Alguien anda con cara rara, de dormido, etc...."Che, ¡qué emoticón que tenemo hoy...!"
- Sos un mala onda: "¡sos un 404!"
-Algo está muy pasado de moda: "Está muy retweetteado..."
-Acordate lo que te digo... "Pen draivealo"

Nuestro Departamento de Lingüística seguirá "utilizando mucho RAM" para comunicarnos cada vez mejor.
Hasta la próxima "followeros y followeras".

miércoles, 10 de julio de 2013

Desventuras de una noche analógica



Eran casi las once de la noche y andaba sin una gota de efectivo y, a decir verdad, siempre me negué a hacer “cola” para sacar la SUBE. Será porque salgo poco y prácticamente no me muevo de casa. Lo cierto es que volvía de lo de mi madre y tenía que abordar un colectivo. Rebusqué hasta en los más recónditos bolsillos, esos que ni recordamos que existen, pero nada, ni una moneda de 5 centavos. Supuse que esto no representaba un problema para utilizar el transporte ya que las unidades dotadas de máquinas tan modernas como la lectora de SUBE, me daría una rápida solución. Frené el 152 sin sospechar que más que un micro, estaba invocando al más vetusto  conservadorismo. El ómnibus estaba casi vacío y el chofer, celular en mano, ni siquiera me miró.
-¿Hasta dónde vas, flaco? –preguntó el conductor.
- Santa Fe y Callao –respondí.
            El colectivero marcó en la máquina de monedas el importe y se quedó esperando mi reacción.
-¿Cómo vas a pagar? –dijo de manera agresiva.
 - Mirá, no tengo monedas ni tarjeta SUBE. Pensaba hacerte una transferencia bancaria con el celu –expliqué desenfundando mi smartphone-. ¿Me darías el CBU?
 La brusca frenada me hizo perder el equilibrio y me estampé contra el parabrisas. Me había raspado la cara, las rodillas y sentía dolores en las costillas, pero por suerte no había soltado el celular que estaba intacto. Intuí que había frenado para buscar el CBU y dármelo. Pero el chofer, extrajo de abajo del asiento, un bate de béisbol.
-¿Sos gracioso o pelotudo? –me encaró.
- Es una pavada… ¿ves? Estoy conectándome a mi banco y te transfiero el valor del boleto…
- Bajate o te parto la cabeza –ordenó.
- ¿Cómo no se van a poder hacer transferencias? ¿Son trogloditas? –me enojé.
- ¿A quién le dijiste trolo?
Por suerte, salir del asiento no le resultó tan fácil, y aprovechando que la puerta estaba abierta me fugué. Soldado que huye sirve para otra batalla digital. Por las dudas, y para no llevarme otra sorpresa desagradable, caminé. Dicen que los taxistas si uno no tiene moneditas, se ponen furiosos.

Prototipo de la revolución digital 2