El domingo fui temprano a votar. Me quedé, sin darme cuenta toda la noche jugando al candy crush, y cuando me quise acordar ya eran como las 10 de la mañana. Busqué mi documento y partí hacia la escuela. No había mucha gente, solo un par de personas en la cola. Llegó mi turno, entregué el documento, voté, firmé y me fuí. Cuando llegaba a la puerta de la escuela me di cuenta que me faltaba algo, el celular.
Volví corriendo hasta la mesa del sufragio y me fijé si no lo había dejado olvidado ahí o en el cuarto oscuro, no estaba. A los gritos pedí a la gendarmería que nadie se fuera del establecimiento.
Recordé la cara de malandra que tenía el viejito que estaba detrás mío en la fila, lo hice requisar y nada... No lo tenía. Intenté hacer memoria de mis pasos, nunca suelto el celular, siempre lo tengo en la mano, incluso he desarrollado una técnica para orinar sosteniéndolo sin mojarlo. La única posibilidad era haberlo metido junto al sobre en la urna. Me acerqué nuevamente al presidente de la mesa donde había votado.
-Disculpa, estoy seguro que, sin querer, se me cayó el teléfono en la urna... -expliqué a las autoridades electorales.
-¿Estás seguro? Recién hiciste desnudar a un pobre viejo pensando que te lo había choreado -cuestionó un fiscal, bastante insolente.
-Nunca suelto el teléfono, la única posibilidad es que se me haya caído en la urna.
-Espera un poquito, ¿si? Hay mucha gente que quiere votar... -me dijo el presidente de mesa.
-Me parece que no me entendiste, no me muevo de acá hasta que no me devuelvan el celular. Ahí está mi vida, no puedo andar sin el teléfono -argumenté.
Un "¡dale, pelotudo!", cobarde e hiriente, se escuchó del fondo de la hilera de votantes. Traté de no caer en las provocaciones. Pero la impaciencia de los votantes hizo que las autoridades de los comicios fueran inflexibles con mi reclamo.
-Solo te pido que abran la urna, sacó mi celular y siguen con esto - propuse, de manera ejecutiva, la simple solución al conflicto.
-¡De ninguna manera se puede abrir la urna! -se indignó una fiscal, seguramente maestra, la típica ñoña reglamentarista-. Hasta que no termine el comicio, no se podrá abrir.
-¡Faltan como 8 horas! -me indigné.
-¿Te alcanzamos una silla? -bromeó la maestra.
-No me obliguen a mover contactos... hago un par de llamados y los hago echar a todos -intenté amenazarlos.
-Llamalos con señales de humo, porque el teléfono lo perdiste -concluyó el presidente.
"Jodete, flaco, no rompás más las pelotas", me gritaron desde la fila. Me acerqué hasta los gendarmes que estaban apostados en la entrada buscando su ayuda, ya que justamente estaban concentrados en sus propios celulares y supuse se solidarizarían con un ciudadano desconectado como yo.
-Nosotros estamos desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche, no te quejes... -fue la tajante negativa de los gendarmes.
Finalmente, a las 18 hs. cerraron los comicios y abrieron la urna. Mi teléfono, efectivamente estaba allí. Estaba por tomarlo cuando, la fiscal me pegó un reglazo en los dedos.
-¡Momentito! Todavía no hemos hecho el recuento de votos... -me retó la docente.
-¿Qué votos? Si es mi celular...
-Jóven, comprenda que esta es una situación fuera de lo común, no estipulada. La ley dice muy clarito que todo lo que está en la urna debe contabilizarse. Si su teléfono está dentro se considera un voto, impugnado en este caso, pero es como un sobre más... -siguió con su perorata la maestra.
-¿Tenemos que remitir el celular al Ministerio del Interior? -preguntó un fiscal.
-Devuélvanme el celular, por favor... -rogué.
-Si ni siquiera sonó en toda la tarde, ¿para qué lo querés? No te llama nadie, ni un mensaje recibiste ¿Lo tenías en silencioso?...-preguntó el presidente de mesa.
-No, nunca lo pongo en silencioso - respondí.
Los integrantes de la mesa se miraron, me pidieron que me aparte unos minutos y deliberaron un poco. Me pareció observar que me miraban con lástima, como si fuese un pobre diablo sin amigos ni vida social, un paria. El presidente de mesa se levantó y me devolvió el celular.
-¡Andá, flaco! Y si querés te agrego en algún grupo de whatsapp para que no estés tan solo -se ofreció.
Agradecí la molestia y me retiré esperando que la próxima se imponga, por fin el voto electrónico.
lunes, 28 de octubre de 2013
viernes, 25 de octubre de 2013
La verdad sobre la uniformidad de los candidatos
Más allá de quién gane o quién pierda este domingo, el gran triunfador en esta campaña ha sido nuestro movimiento Revolucionario Digital. Si bien no nos representa ningún partido político, es sumamente gratificante observar como todos los candidatos han recurrido a los adelantos tecnológicos para ganar votos. Se podría decir que los postulantes de estas elecciones legislativas son de los primeros ciudadanos 2.0. Desde la imagen photoshopeada de los afiches donde nos encandilan con la exagerada blancura de sus sonrisas y donde es más dificil encontrar una arruga que un taxi en una nochebuena lluviosa.
Pero la gran novedad por estos días no son los retoques en las fotografías, sino un software desarrollado para actuar directamente sobre el discurso de las personas, sobre su tono de voz. El Descarismator 1.0, un programa en fase de desarrollo que, básicamente, quita cualquier atisbo de carisma a los candidatos logrando que todos hablen igual, con ese aburrido monotono que da igual si están proponiendo una baja de salarios, una medida antinflacionaria o si están vendiendo biromes en el subte.
El Descarismator también actúa en el discurso escrito, así las cuentas de twitter o facebook de los postulantes también carecen de gracia, espontaneidad, personalidad y pasión. Nunca una frase jugada, un chiste, nada... solo comentarios sacados de libros de autoayuda.
El software en cuestión, explican sus creadores, "apunta a quitar todo tipo de emociones humanas, a insensibilizar a los candidatos, según los últimos estudios de marketing político la gente los prefiere así, híbridos. Es la era de la política ameba".
Nosotros,como activistas de la Revolución Digital estamos felices de tener, por fin candidatos simil robots, que hablan todos igual, sin expresión en sus rostros, sin carisma y, muchos de ellos, los más avanzados, sin ideas propias.
Pero la gran novedad por estos días no son los retoques en las fotografías, sino un software desarrollado para actuar directamente sobre el discurso de las personas, sobre su tono de voz. El Descarismator 1.0, un programa en fase de desarrollo que, básicamente, quita cualquier atisbo de carisma a los candidatos logrando que todos hablen igual, con ese aburrido monotono que da igual si están proponiendo una baja de salarios, una medida antinflacionaria o si están vendiendo biromes en el subte.
El Descarismator también actúa en el discurso escrito, así las cuentas de twitter o facebook de los postulantes también carecen de gracia, espontaneidad, personalidad y pasión. Nunca una frase jugada, un chiste, nada... solo comentarios sacados de libros de autoayuda.
El software en cuestión, explican sus creadores, "apunta a quitar todo tipo de emociones humanas, a insensibilizar a los candidatos, según los últimos estudios de marketing político la gente los prefiere así, híbridos. Es la era de la política ameba".
Nosotros,como activistas de la Revolución Digital estamos felices de tener, por fin candidatos simil robots, que hablan todos igual, sin expresión en sus rostros, sin carisma y, muchos de ellos, los más avanzados, sin ideas propias.
miércoles, 23 de octubre de 2013
Resabios del Día de la Madre
-No
pasaste a verme ayer, ¿sabías que fue el día de la madre?... -me
recriminó mi mamá esta mañana al teléfono. Por cierto, cuando ella me
llama recuerdo que aún tengo teléfono de línea y debería darlo de baja
porque prácticamente no lo uso.
-La última vez que nos vimos te quise instalar el whatsapp en el celu, pero no es mi culpa que todavía no tengas un smartphone, así es imposible ubicarte... Además, estuve todo el día en skype, mami... vos no te conectaste -me defendí con sólidos argumentos.
-Ni siquiera un ramo de flores, un regalo... -siguió lamentándose.
-¡¿Cómo que no?!... ¿No viste que te escribí en el muro de facebook? ¿No recibiste la tarjeta de los perritos catando cumbia que te mandé por mail?...
El silencio sepulcral al otro lado de la línea, según los cánones de la vida social, significaba enojo de mi interlocutor, en este caso mi vieja.
-Ok, te voy a decir la verdad... No fuí a verte porque me quedé en casa preparándote el regalo...
-¿De verdad? -pareció entusiasmarse.
-Si, ¿viste que los futbolistas se ponen una remera bajo la casaca del equipo con frases como "Gracias Má", "feliz día" y las muestran a cámar cuando hacen un gol? Bueno, yo me quedé todo el día jugando al Candy Crush para poder dedicarte mi nuevo record...
La llamada se cortó. Quizás por eso tengo que sacar la línea fija, además de usarse poco, funciona mal. Me parece que la vieja, de todas formas, se emocionó.
-La última vez que nos vimos te quise instalar el whatsapp en el celu, pero no es mi culpa que todavía no tengas un smartphone, así es imposible ubicarte... Además, estuve todo el día en skype, mami... vos no te conectaste -me defendí con sólidos argumentos.
-Ni siquiera un ramo de flores, un regalo... -siguió lamentándose.
-¡¿Cómo que no?!... ¿No viste que te escribí en el muro de facebook? ¿No recibiste la tarjeta de los perritos catando cumbia que te mandé por mail?...
El silencio sepulcral al otro lado de la línea, según los cánones de la vida social, significaba enojo de mi interlocutor, en este caso mi vieja.
-Ok, te voy a decir la verdad... No fuí a verte porque me quedé en casa preparándote el regalo...
-¿De verdad? -pareció entusiasmarse.
-Si, ¿viste que los futbolistas se ponen una remera bajo la casaca del equipo con frases como "Gracias Má", "feliz día" y las muestran a cámar cuando hacen un gol? Bueno, yo me quedé todo el día jugando al Candy Crush para poder dedicarte mi nuevo record...
La llamada se cortó. Quizás por eso tengo que sacar la línea fija, además de usarse poco, funciona mal. Me parece que la vieja, de todas formas, se emocionó.
domingo, 20 de octubre de 2013
miércoles, 25 de septiembre de 2013
Tomas en los Colegios
Desde este humilde y revolucionario espacio adherimos a la movida estudiantil. Nosotros también creemos que es necesario plantarse, pedir soluciones, reuniones con las más altas esferas para que nuestros problemas, que son los mismos que los de los estudiantes, sean escuchados. Los tomas son básicos para la vida cotidiana, sin un tomacorrientes en el aula, en un bar o en el colectivo ¿dónde vamos a cargar el celular o el iPod? ¿Cómo vamos a mantenernos conectados con baterías que duran cada vez menos?
Saludamos con agrado que sean los jóvenes los que finalmente han amplificado nuestro llamado a una mayor solidaridad eléctrica. Encolumnemosnos todos detrás de nuestro slogan de campaña "Febo asoma, si hay un TOMA".
jueves, 19 de septiembre de 2013
Tiempos de barbarie
Se viene la primavera... ¿es realmente necesario seguir festejando, en esta era digital, como si fuéramos salvajes, la llegada de un simple día? Porque seamos realistas... ¿en qué nos cambia la vida que llegue la "estación del amor"?
Los más básicos suelen hacer un picnic... ¿existe algo mas rudimentario que comer al aire libre sin ninguna comodidad? Aunque cueste creerlo, en pleno siglo XXI, todavía hay gente que elige juntarse a la intemperie, debiendo orinar (con suerte) entre los matorrales... para colmo ¡¡¡tocan la guitarra!!! Con los avances tecnológicos en materia de audio estos retrogrados prefieren escuchar a un amateur entre bocinazos y gritos. Como si esto fuera poco, los que no llevan instrumentos usan sus celulares como equipos musicales en una especie de batalla de DJ's...Las compañías de telefonía deberían poner filtros o aplicaciones para descargarle la bateria a los aparatos (me refiero a los teléfonos y a los que los portan) que exhiben, sin pudor, su gusto musical. No es censura, se llama sentido común.
También están las personas románticas, que celebran el cambio de clima, el florecimiento... ¿Ver las flores, sentir el perfume?... Nada que un alegórico fondo de pantalla, en alta definición, y un agradable desodorante de ambiente no puedan lograr. Y, si realmente les gusta ver crecer plantitas, la germinación del poroto con papel secante funciona todo el año. ¿Qué los días son más largos? ¿Y? ¿Nos pagan por horas de trabajo o por hora de luz natural? ¡Empieza el calor!.... y los mosquitos, el olor a sudor rancio en los colectivos y subtes, las lluvias...
Creemos que es hora de replantear este tipo de festival de la barbarie. Las nuevas generaciones nos alegramos cuando tenemos plena señal 3G en nuestros celulares, cuando hay red wi-fi en los lugares más inhóspitos, cuando encontramos un nuevo video HD de nuestro grupo favorito... ¡Esas cosas son las que merecen un buen chat grupal con amigos!
Los más básicos suelen hacer un picnic... ¿existe algo mas rudimentario que comer al aire libre sin ninguna comodidad? Aunque cueste creerlo, en pleno siglo XXI, todavía hay gente que elige juntarse a la intemperie, debiendo orinar (con suerte) entre los matorrales... para colmo ¡¡¡tocan la guitarra!!! Con los avances tecnológicos en materia de audio estos retrogrados prefieren escuchar a un amateur entre bocinazos y gritos. Como si esto fuera poco, los que no llevan instrumentos usan sus celulares como equipos musicales en una especie de batalla de DJ's...Las compañías de telefonía deberían poner filtros o aplicaciones para descargarle la bateria a los aparatos (me refiero a los teléfonos y a los que los portan) que exhiben, sin pudor, su gusto musical. No es censura, se llama sentido común.
También están las personas románticas, que celebran el cambio de clima, el florecimiento... ¿Ver las flores, sentir el perfume?... Nada que un alegórico fondo de pantalla, en alta definición, y un agradable desodorante de ambiente no puedan lograr. Y, si realmente les gusta ver crecer plantitas, la germinación del poroto con papel secante funciona todo el año. ¿Qué los días son más largos? ¿Y? ¿Nos pagan por horas de trabajo o por hora de luz natural? ¡Empieza el calor!.... y los mosquitos, el olor a sudor rancio en los colectivos y subtes, las lluvias...
Creemos que es hora de replantear este tipo de festival de la barbarie. Las nuevas generaciones nos alegramos cuando tenemos plena señal 3G en nuestros celulares, cuando hay red wi-fi en los lugares más inhóspitos, cuando encontramos un nuevo video HD de nuestro grupo favorito... ¡Esas cosas son las que merecen un buen chat grupal con amigos!
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Día del Maestro
Sin dudas una de las patas en las que se debería basar nuestra revolución digital es en la Educación. Es hora de replantearnos, seriamente, el rol de los maestros y, sobretodo, de algunas materias en particular.
¿Para qué sirve hoy Educación Plástica? Al que le gusta dibujar, va a dibujar, al resto, un buen curso de photoshop o corel. Al menos con eso se las puede rebuscar. ¿Para qué seguir obligando a los niños poco dotados para las artes a pasar vergüenza con garabatos indecorosos que lo único que hacen es destruir su autoestima?
El mismo concepto corre para la Educación Física, el niño que posee habilidades deportivas jugará algo más que un "quemado" en la escuela, un deporte de elite lo espera en alguna institución. En cambio para aquellos como yo, que lejos de haber sido tocados por la varita mágica deportiva hemos sido azotados por la vara del destino, debería existir la posibilidad de incrementar nuestras capacidades en los videojuegos. Al fin y al cabo, a eso nos dedicaremos de grandes.
La escritua es un tema a debatir. ¿Es necesario seguir condenando a escribir a mano a chicos que jamás volverán a tocar una birome más que para sacarse cera de las orejas? En cuanto a contenidos creo que se tendría que fomentar el uso del celular, no restringirlo. Sería más util y rápido para la maestra corregir la ortografia de los alumnos en sus sms, tweets o en los chats. Allí, es donde los jóvenes desarrollan sus aptitudes literarias.
Quizás el punto más grave es el de los actos escolares. ¿Para qué seguir sometiendo a padres e hijos a entonaciones de canciones patrias pobres, discursos remanidos y espectáculos lastimosos? Señoritas maestras, sépanlo de una buena vez, en general (salvo aquellos educandos que tienen vocación parea las artes dramáticas) a los varones NO les gusta bailar chacareras en un escenario. No se sienten cómodos. No bailan chacareras o pericones en sus casas, salvo contadas excepciones. Para colmo las nuevas generaciones de padre graban todo. Con el celular, con la camara de fotos, la filmadora, la tablet o lo que sea... Los niños en unos años pagarán fortunas por eliminar esos archivos de la faz de la tierra, esos videos disfrazados de granaderos, con las patillas pintadas por corchos quemados, cantando una canción de Victor Heredia... ¡Gracias al cielo no hay registros de aquellos actos en los que participe! Esperemos, por el bien de su salud mental, que no sea demasiado tarde. Hay que simplificar, se busca por internet un buen video representativo, se proyecta en una pantalla (o directamente se envía por mail) y a otra cosa mariposa.
Ya lo dijo el Maestro Yoda, "si en la realidad no puedes hacerlo, y la Fuerza no te acompaña... siempre puedes agarrar el mouse."
¿Para qué sirve hoy Educación Plástica? Al que le gusta dibujar, va a dibujar, al resto, un buen curso de photoshop o corel. Al menos con eso se las puede rebuscar. ¿Para qué seguir obligando a los niños poco dotados para las artes a pasar vergüenza con garabatos indecorosos que lo único que hacen es destruir su autoestima?
El mismo concepto corre para la Educación Física, el niño que posee habilidades deportivas jugará algo más que un "quemado" en la escuela, un deporte de elite lo espera en alguna institución. En cambio para aquellos como yo, que lejos de haber sido tocados por la varita mágica deportiva hemos sido azotados por la vara del destino, debería existir la posibilidad de incrementar nuestras capacidades en los videojuegos. Al fin y al cabo, a eso nos dedicaremos de grandes.
La escritua es un tema a debatir. ¿Es necesario seguir condenando a escribir a mano a chicos que jamás volverán a tocar una birome más que para sacarse cera de las orejas? En cuanto a contenidos creo que se tendría que fomentar el uso del celular, no restringirlo. Sería más util y rápido para la maestra corregir la ortografia de los alumnos en sus sms, tweets o en los chats. Allí, es donde los jóvenes desarrollan sus aptitudes literarias.
Quizás el punto más grave es el de los actos escolares. ¿Para qué seguir sometiendo a padres e hijos a entonaciones de canciones patrias pobres, discursos remanidos y espectáculos lastimosos? Señoritas maestras, sépanlo de una buena vez, en general (salvo aquellos educandos que tienen vocación parea las artes dramáticas) a los varones NO les gusta bailar chacareras en un escenario. No se sienten cómodos. No bailan chacareras o pericones en sus casas, salvo contadas excepciones. Para colmo las nuevas generaciones de padre graban todo. Con el celular, con la camara de fotos, la filmadora, la tablet o lo que sea... Los niños en unos años pagarán fortunas por eliminar esos archivos de la faz de la tierra, esos videos disfrazados de granaderos, con las patillas pintadas por corchos quemados, cantando una canción de Victor Heredia... ¡Gracias al cielo no hay registros de aquellos actos en los que participe! Esperemos, por el bien de su salud mental, que no sea demasiado tarde. Hay que simplificar, se busca por internet un buen video representativo, se proyecta en una pantalla (o directamente se envía por mail) y a otra cosa mariposa.
Ya lo dijo el Maestro Yoda, "si en la realidad no puedes hacerlo, y la Fuerza no te acompaña... siempre puedes agarrar el mouse."
jueves, 29 de agosto de 2013
Crash de productividad
Para la horda de seguidores que inundaron la casilla de mail preguntando por qué la demora, por qué no aparecía nada nuevo en el blog, a ese público ansioso por leer las desventuras de este cronista, debo confesarles algo: me hice adicto al Candy Crush. Esa es la razón de mi tardanza, de la debacle en mi productividad.
Tanto había leído sobre el maldito juego, que decidí probarlo. "Ni en pedo me engancho" pensé... Y al otro día ya había pasado más de seis horas seguidas embobado frente a la pantalla.
Ahora, un poco más calmo, e intentando recuperarme puedo ver todo con más claridad... ¿Será cierto lo que dicen, que el Candy Crush fue creado por unos malignos seres de Recursos Humanos para probar que los empleados pierden el tiempo?... Porque, además de adictivo, nos hace perder la razón... ¡Sale publicado en facebook! Cuando dice "Beto alcanzó el nivel 8 de Candy Crush Saga" en realidad significa, "¡¡¡Beto boludeó 8 horas seguidas!!!" y todos nuestros amigos se enteran... ¿Es necesario que todos sepan en qué dilapidamos nuestro día? Que nos señalen con el dedo diciendo "ahí va el vago que llegó al nivel 12". El candy crush saga es como un Hansel y Gretel digital, va dejando rastro, en facebook, de nuestra holgazanería.
El jueguito, en apariencia inofensivo, oculta un mensaje bastante ambivalente... Hay varias teorías sobre esto, algunos opinan que es un entretenimiento creado por los kiosqueros, cuyos intereses corrían serios riesgos por el avance de la "onda sana y comida saludable". "Entre los nutricionistas y los dentistas, ya nadie come caramelos... el Candy Crush llego para salvarnos... ¡Es el Mesías!"
En la vereda opuesta, los más prestigiosos teólogos, semióticos y urólogos afirman que los dulces son la continuación de la manzana de Adán y Eva, la tentación misma. "El mal siempre vuelve a las fuentes... si uno se engancha con el Candy Crush, lo más probable es que, de tanto pavear, lo terminen echando del trabajo, dejándolo en bolas,como dán y Eva."
Tanto había leído sobre el maldito juego, que decidí probarlo. "Ni en pedo me engancho" pensé... Y al otro día ya había pasado más de seis horas seguidas embobado frente a la pantalla.
Ahora, un poco más calmo, e intentando recuperarme puedo ver todo con más claridad... ¿Será cierto lo que dicen, que el Candy Crush fue creado por unos malignos seres de Recursos Humanos para probar que los empleados pierden el tiempo?... Porque, además de adictivo, nos hace perder la razón... ¡Sale publicado en facebook! Cuando dice "Beto alcanzó el nivel 8 de Candy Crush Saga" en realidad significa, "¡¡¡Beto boludeó 8 horas seguidas!!!" y todos nuestros amigos se enteran... ¿Es necesario que todos sepan en qué dilapidamos nuestro día? Que nos señalen con el dedo diciendo "ahí va el vago que llegó al nivel 12". El candy crush saga es como un Hansel y Gretel digital, va dejando rastro, en facebook, de nuestra holgazanería.
El jueguito, en apariencia inofensivo, oculta un mensaje bastante ambivalente... Hay varias teorías sobre esto, algunos opinan que es un entretenimiento creado por los kiosqueros, cuyos intereses corrían serios riesgos por el avance de la "onda sana y comida saludable". "Entre los nutricionistas y los dentistas, ya nadie come caramelos... el Candy Crush llego para salvarnos... ¡Es el Mesías!"
En la vereda opuesta, los más prestigiosos teólogos, semióticos y urólogos afirman que los dulces son la continuación de la manzana de Adán y Eva, la tentación misma. "El mal siempre vuelve a las fuentes... si uno se engancha con el Candy Crush, lo más probable es que, de tanto pavear, lo terminen echando del trabajo, dejándolo en bolas,como dán y Eva."
viernes, 23 de agosto de 2013
Portación Elegante de Smartphone
En el XVII Congreso Internacional de Protocolo & Tecnología que se desarrolló online, en una multitudinaria videoconferencia, entre otros interesantísimos temas, se abordó una de las grandes problemáticas que nos aquejan: cómo llevar el smartphone de manera elegante. El debate se centró en el universo masculino, ya que las mujeres, coincidieron en un 98%, que el celular se lleva en la cartera, "a mayor urgencia por contestar, más dificil hallarlo dentro del bolso", concluyeron las damas.
La primera propuesta para los hombres, aunque puede ser unisex, fue el "estilo cencerro", quizás incentivada por una importante empresa de corbatas amenazada por el avance de la informalidad en el vestir, fue rechazada de inmediato. Inclusive, como suele pasar en estos congresos online, algunos participantes, escudados en el anonimato y la seguridad que brinda estar detrás de un monitor, insultaron y desafiaron a pelear al creador de semajante dislate.
El denostado estilo "cencerro" fue solo el aperitivo, la pelea de fondo vino después. ¿El celular se lleva en el bolsillo o en la mano? Así de clarito fue el tema, blanco o negro, medialuna de grasa o de manteca. Sin medias tintas. Los "bolsilleros" como se definieron los partidarios de guardar el teléfono en el bolsillo, arrancaron la exposición. "Apelamos al buen gusto... ¿hay necesidad de andar exhibiendo, sin pudor, el modelo de aparato que tenemos? Consideramos que es un signo de inseguridad, de virilidad mal entendida" concluyeron los "bolsilleros". Para avalar la postura enviaron una campaña publicitaria que ya tenían preparada: "Usar el teléfono en el bolsillo, te da brillo" era el slogan.
Los "celular en mano", con una visión mucho más práctica que estética o psicológica, sostuvieron "usar el smartphone en la mano te permite actuar rápido, tanto para responder o para simular una llamada si ves que se te avecina alguien indeseado en la calle".
Los "bolsilleros" heridos en su orgullo, ante la profundidad del análisis hecho por sus adversarios, cayeron en el golpe bajo, la canción infantil, la burla: "Con el celu en la mano, te vas a caer... y la cara, y la cara a romper..." entonaron como colegiales a bordo de un micro naranja.
La respuesta de los "celu en mano" no se hizo esperar, a coro, agresivos como una hinchada de fútbol respondieron: "Che bolsillo, che bolsillo, que amargado se te ve, cuando a vos te suena el celu, tu mujer se va a c..."
Los insultos cruzados venían en aumento hasta que alguien propuso: "¿por qué no usamos el teléfono en el bolsillo con el cable,de manos libres, para contestar rápido?"... estos mediadores, cyberhippies pacifistas siempre arruinan el momento...El XVIII Congreso de Protocolo & Tecnología terminó abruptamente, quizás intervenido por el moderador de la videoconferencia, ya no tenía sentido seguir, siempre aparece un aguafiestas cuando la dicha entra en movimiento.
La primera propuesta para los hombres, aunque puede ser unisex, fue el "estilo cencerro", quizás incentivada por una importante empresa de corbatas amenazada por el avance de la informalidad en el vestir, fue rechazada de inmediato. Inclusive, como suele pasar en estos congresos online, algunos participantes, escudados en el anonimato y la seguridad que brinda estar detrás de un monitor, insultaron y desafiaron a pelear al creador de semajante dislate.
El denostado estilo "cencerro" fue solo el aperitivo, la pelea de fondo vino después. ¿El celular se lleva en el bolsillo o en la mano? Así de clarito fue el tema, blanco o negro, medialuna de grasa o de manteca. Sin medias tintas. Los "bolsilleros" como se definieron los partidarios de guardar el teléfono en el bolsillo, arrancaron la exposición. "Apelamos al buen gusto... ¿hay necesidad de andar exhibiendo, sin pudor, el modelo de aparato que tenemos? Consideramos que es un signo de inseguridad, de virilidad mal entendida" concluyeron los "bolsilleros". Para avalar la postura enviaron una campaña publicitaria que ya tenían preparada: "Usar el teléfono en el bolsillo, te da brillo" era el slogan.
Los "celular en mano", con una visión mucho más práctica que estética o psicológica, sostuvieron "usar el smartphone en la mano te permite actuar rápido, tanto para responder o para simular una llamada si ves que se te avecina alguien indeseado en la calle".
Los "bolsilleros" heridos en su orgullo, ante la profundidad del análisis hecho por sus adversarios, cayeron en el golpe bajo, la canción infantil, la burla: "Con el celu en la mano, te vas a caer... y la cara, y la cara a romper..." entonaron como colegiales a bordo de un micro naranja.
La respuesta de los "celu en mano" no se hizo esperar, a coro, agresivos como una hinchada de fútbol respondieron: "Che bolsillo, che bolsillo, que amargado se te ve, cuando a vos te suena el celu, tu mujer se va a c..."
Los insultos cruzados venían en aumento hasta que alguien propuso: "¿por qué no usamos el teléfono en el bolsillo con el cable,de manos libres, para contestar rápido?"... estos mediadores, cyberhippies pacifistas siempre arruinan el momento...El XVIII Congreso de Protocolo & Tecnología terminó abruptamente, quizás intervenido por el moderador de la videoconferencia, ya no tenía sentido seguir, siempre aparece un aguafiestas cuando la dicha entra en movimiento.
lunes, 19 de agosto de 2013
Signos del progreso
Nunca se toma real conciencia de lo que se está haciendo hasta que algún acontecimiento, una señal, aparece para esclarecernos. Los católicos hablan de apariciones divinas, otros creen que por una aureola de pasto seco en la pradera, existen los OVNI, en mi caso, la marca de mi culo en la silla fue la revelación que mi titánica lucha por la revolución digital estaba dando sus frutos. La profundidad de los huellones, que habían causado mis nalgas en el asiento, daban cuenta de la comprometida batalla que me demandaba horas y horas de sedentarismo frente al monitor. Aquel rastro de mi trasero mostraba claramente una transformación física, mi panza y mi culo se habían unificado, desvaneciendo la inútil cintura y convirtiéndome en una boya que se mantiene siempre a flote, navegando en las aguas de internet. Esa marca en el borde de la silla, mostraba la imagen de un luchador reclinado sobre el teclado, perdiendo la rectitud de su espalda y el alcance de su vista, en pos de un futuro plenamente digital sin importarme la joroba y los anteojos culo de botella. Tan hondo era el calado que habían provocado mis asentaderas que la parte acolchada de la silla estaba tan espesa como una gasa... "por eso me duele tanto, me estoy clavando los tornillos del asiento en el medio del culo", razoné, "tampoco es cosa de inmolarme".
Decidí cambiar de silla, al fin y al cabo, la revolución digital busca el confort de las personas. Pero consideré que mi antiguo asiento no podía ser arrojado así, sin más, a la basura. Era una pieza histórica, con aquellas marcas los arqueólogos podrían dilucidar, en un futuro, cómo vivíamos en estos tiempos, cuántas horas pasábamos frente a la computadora y lo que nos costaba desprendernos de los muebles en mal estado.
Compré una nueva y la vieja se la llevé a mi biógrafa, la persona que guardaba mis cuadernos de la escuela, mis dientes de leche y mis apuntes universitarios: mi madre.
"Siempre me traes las cosas que no te sirven, los celulares antiguos, la computadora obsoleta..." se quejó mi madre cuando le ofrecí aquel tesoro arqueológico. Lo curioso es que cuando se sentó, sus nalgas calzaban perfectamente en la marca de la silla y estaba mucho más cómoda que con su antiguo banquito de madera. Y esa fue una señal más, evidentemente mis zurcos, no estaban siendo en vano, estaban sirviendo para ayudar a la gente.
Decidí cambiar de silla, al fin y al cabo, la revolución digital busca el confort de las personas. Pero consideré que mi antiguo asiento no podía ser arrojado así, sin más, a la basura. Era una pieza histórica, con aquellas marcas los arqueólogos podrían dilucidar, en un futuro, cómo vivíamos en estos tiempos, cuántas horas pasábamos frente a la computadora y lo que nos costaba desprendernos de los muebles en mal estado.
Compré una nueva y la vieja se la llevé a mi biógrafa, la persona que guardaba mis cuadernos de la escuela, mis dientes de leche y mis apuntes universitarios: mi madre.
"Siempre me traes las cosas que no te sirven, los celulares antiguos, la computadora obsoleta..." se quejó mi madre cuando le ofrecí aquel tesoro arqueológico. Lo curioso es que cuando se sentó, sus nalgas calzaban perfectamente en la marca de la silla y estaba mucho más cómoda que con su antiguo banquito de madera. Y esa fue una señal más, evidentemente mis zurcos, no estaban siendo en vano, estaban sirviendo para ayudar a la gente.
miércoles, 14 de agosto de 2013
lunes, 12 de agosto de 2013
¿Elecciones primarias o primitivas?
Después de infructuosos mails a las autoridades solicitando emitir mi voto de manera digital, por correo electrónico o sms, tuve que aceptar que la sociedad sigue atrasada y fui a sufragiar. Para colmo, al llegar a mi mesa, encontré la desagradable sorpresa que había cola... unas diez personas delante mío.
Lo peor no resultó hacer la fila sino que algunos individuos en ella, pretendían entablar conversación.... ¿acaso no tiene celular esta gente? Sépanlo señores, desde que se inventó el teléfono móvil desapareció la charla espontánea. Cuando los que me rodeaban intentaron hablarme bajé la cabeza y me enfrasqué en el smartphone. El sujeto que tenía delante en la línea parecía no entender que, según los canones de convivencia actual, hacerse el distraído mirando el teléfono significa: "no me interesa nada de lo que me puedas decir".
Una vez que dejaron de parlotearme alrededor intenté googlear algo sobre las elecciones, al fin y al cabo ya estaba ahí. Qué se votaba, quiénes eran los candidatos, etc... Imposible, no había señal. Estaba a punto de agarrarme un ataque de claustrofobia, al sentirme encerrado en ese antro primitivo, cuando recurrí a mi bálsamo: los videojuegos. El candy crush en el celular me ayudó a sobrellevar la espera. Se dio una situación curiosa, estar en la fila me estaba inspirando y pasaba nivel tras nivel con un aplomo y solvencia que jamás había tenido. Tan entretenido estaba jugando al candy crush que ni me di cuenta que había llegado mi turno de votar. Estaba absorto en mi pantalla hasta que un : "dale, pelotudo", proveniente de alguno atrás en la cola, me despabiló. Puse pausa.
Entregué mi documento y me dieron ese símbolo medieval que representa el sobre. Me metí en el cuarto oscuro y no pude resistir la tentación, volví al candy crush. ¡Estaba en llamas! Pasaba el tiempo y segúia ganando... un golpe en la puerta me hizo distraer nuevamente y perdí. Un golpe a la libertad de expresión democrática pensé.
-¿Está todo bien, señor? -preguntó, tras la puerta, el presidente de mesa.
La insistencia de la autoridad me puso más nervioso y decidí votar en blanco. Me dispuse a cerrar el sobre así nomás pero me encontré con otra muestra más de salvajismo: había que lamer el borde para poder pegarlo. Cuando estaba en dicho trámite, apurado, un nuevo golpe en la puerta me hizo distraer produciéndome un profundo corte en la lengua con el filo del papel. Por suerte en el aula, había buena señal y pude googlear "corte lingual". Las recomendaciones del buscador y los foros para cicatrizar la herida consistían en envolver la zona con papel absorvente. Siguiendo estrictamente los consejos del Dr. Google, tomé la boleta de un partido y me envolví la lengua con ella.
Salí del cuarto oscuro, como un mártir de la democracia... así y todo, me impugnaron el voto por mostrar una boleta, "voto cantado" argumentó el presidente de mesa. El destino es sabio, tendría que haber enviado el voto por mail.
Lo peor no resultó hacer la fila sino que algunos individuos en ella, pretendían entablar conversación.... ¿acaso no tiene celular esta gente? Sépanlo señores, desde que se inventó el teléfono móvil desapareció la charla espontánea. Cuando los que me rodeaban intentaron hablarme bajé la cabeza y me enfrasqué en el smartphone. El sujeto que tenía delante en la línea parecía no entender que, según los canones de convivencia actual, hacerse el distraído mirando el teléfono significa: "no me interesa nada de lo que me puedas decir".
Una vez que dejaron de parlotearme alrededor intenté googlear algo sobre las elecciones, al fin y al cabo ya estaba ahí. Qué se votaba, quiénes eran los candidatos, etc... Imposible, no había señal. Estaba a punto de agarrarme un ataque de claustrofobia, al sentirme encerrado en ese antro primitivo, cuando recurrí a mi bálsamo: los videojuegos. El candy crush en el celular me ayudó a sobrellevar la espera. Se dio una situación curiosa, estar en la fila me estaba inspirando y pasaba nivel tras nivel con un aplomo y solvencia que jamás había tenido. Tan entretenido estaba jugando al candy crush que ni me di cuenta que había llegado mi turno de votar. Estaba absorto en mi pantalla hasta que un : "dale, pelotudo", proveniente de alguno atrás en la cola, me despabiló. Puse pausa.
Entregué mi documento y me dieron ese símbolo medieval que representa el sobre. Me metí en el cuarto oscuro y no pude resistir la tentación, volví al candy crush. ¡Estaba en llamas! Pasaba el tiempo y segúia ganando... un golpe en la puerta me hizo distraer nuevamente y perdí. Un golpe a la libertad de expresión democrática pensé.
-¿Está todo bien, señor? -preguntó, tras la puerta, el presidente de mesa.
La insistencia de la autoridad me puso más nervioso y decidí votar en blanco. Me dispuse a cerrar el sobre así nomás pero me encontré con otra muestra más de salvajismo: había que lamer el borde para poder pegarlo. Cuando estaba en dicho trámite, apurado, un nuevo golpe en la puerta me hizo distraer produciéndome un profundo corte en la lengua con el filo del papel. Por suerte en el aula, había buena señal y pude googlear "corte lingual". Las recomendaciones del buscador y los foros para cicatrizar la herida consistían en envolver la zona con papel absorvente. Siguiendo estrictamente los consejos del Dr. Google, tomé la boleta de un partido y me envolví la lengua con ella.
Salí del cuarto oscuro, como un mártir de la democracia... así y todo, me impugnaron el voto por mostrar una boleta, "voto cantado" argumentó el presidente de mesa. El destino es sabio, tendría que haber enviado el voto por mail.
jueves, 8 de agosto de 2013
La banda de sonido de nuestra era
Nuestra Revolución Digital, como otros movimientos similares, cuenta con un ala artística. Cada vez son más los músicos, pintores, dibujantes, cineastas u ortodoncistas que reflejan en sus obras nuestros conceptos ideológicos.
Quizás, uno de los más destacados sea DJ Microonda, un ascendente creador de música electrónica. Acá con un extracto de su autobiografía, recientemente editada, en algunos tweets, podremos conocerlo más en profundidad.
"Mi nombre artístico resume lo que hago y lo que soy. Fui criado alimentariamente con el microondas y en mi arte recaliento la música, no la elaboro, es la solución más rápida, el atajo. Quizás por eso los críticos digan que "me falta un toque de horno".
"La música electrónica es la banda de sonido de nuestra era, básicamente porque las letras son cortitas o directamente no hay. Ya nadie está capacitado para recordar y tararear más de seis palabras seguidas."
"Cuando compongo pienso el ringtone, cómo me gustaría que suene mi celular. En este género es importante la vibración, sobre todo si el aparato está en silencioso."
"Empecé de chiquito, remezclando las canciones de videojuegos. La del Pacman es mi favorita, muy dramática y concisa".
"Mi relación con los fans es muy buena, nunca borré a nadie de facebook ni los puse en contactos no deseados."
"Soy un joven común e intento que mi música sirva para derribar la imagen del nerd que está todo el día detras del teclado.Odio el estereotipo, somos la generación del Surroundtipo."
Esperemos que este paladín del arte digital nos siga deleitando con su obra y su claridad conceptual.
Quizás, uno de los más destacados sea DJ Microonda, un ascendente creador de música electrónica. Acá con un extracto de su autobiografía, recientemente editada, en algunos tweets, podremos conocerlo más en profundidad.
"Mi nombre artístico resume lo que hago y lo que soy. Fui criado alimentariamente con el microondas y en mi arte recaliento la música, no la elaboro, es la solución más rápida, el atajo. Quizás por eso los críticos digan que "me falta un toque de horno".
"La música electrónica es la banda de sonido de nuestra era, básicamente porque las letras son cortitas o directamente no hay. Ya nadie está capacitado para recordar y tararear más de seis palabras seguidas."
"Cuando compongo pienso el ringtone, cómo me gustaría que suene mi celular. En este género es importante la vibración, sobre todo si el aparato está en silencioso."
"Empecé de chiquito, remezclando las canciones de videojuegos. La del Pacman es mi favorita, muy dramática y concisa".
"Mi relación con los fans es muy buena, nunca borré a nadie de facebook ni los puse en contactos no deseados."
"Soy un joven común e intento que mi música sirva para derribar la imagen del nerd que está todo el día detras del teclado.Odio el estereotipo, somos la generación del Surroundtipo."
Esperemos que este paladín del arte digital nos siga deleitando con su obra y su claridad conceptual.
lunes, 5 de agosto de 2013
viernes, 2 de agosto de 2013
El gourmet digital
En los últimos años, la corriente "gourmet" nos ha invadido, todos saben (u opinan) de vinos, maridajes, etc. Que el pescado con vino blanco, la pizza con cerveza y el mate con biscochitos de grasa. Ahora bien, es hora de establecer ciertos parámetros del consumidor tecnológico.
Los seres de la era digital ya vamos "refinándonos" en cuánto a gustos. Acá les tiro algunos usos correctos o incorrectos, el maridaje para cada situación:
-En un iPod o reproductor de mp3 es de pésimo gusto cargar cumbia o reggaetón. No va. Margaritas a los chanchos. Es el equivalente a acompañar un café con ravioles. Lo correcto es la múscica electrónica, quizás algo de jazz suave y solo cuando se utiliza para salir a correr se puede escuchar rock.
-Los emoticones suelen ser una tentación para desbocarse y desbarrancar por el precipicio de la ordinariez. Meter caritas y dibujitos en los mensajes indiscriminadamente es como meterle chimichurri a un alfajor de chocolate. Lo correcto es (de ser estrictamente necesario) utilizar un solo emoticon por charla.
-Las tablets NO son para sacar fotos en eventos públicos ni en viajes. Según la última convención de Tecnología y Etiqueta dicatada en el Hotel Alvear "sacar fotos con armatostes de más de 10cm x 10cm es una vulgar acción exhibicionista y antiestética". Es burdo como viajar con la propia almohada en un avión de línea.
-Poner stickers a un smartphone es tan grasa como pintarle "llamas" en el capot a un auto de lujo.
De nada, seguiremos educando.
Los seres de la era digital ya vamos "refinándonos" en cuánto a gustos. Acá les tiro algunos usos correctos o incorrectos, el maridaje para cada situación:
-En un iPod o reproductor de mp3 es de pésimo gusto cargar cumbia o reggaetón. No va. Margaritas a los chanchos. Es el equivalente a acompañar un café con ravioles. Lo correcto es la múscica electrónica, quizás algo de jazz suave y solo cuando se utiliza para salir a correr se puede escuchar rock.
-Los emoticones suelen ser una tentación para desbocarse y desbarrancar por el precipicio de la ordinariez. Meter caritas y dibujitos en los mensajes indiscriminadamente es como meterle chimichurri a un alfajor de chocolate. Lo correcto es (de ser estrictamente necesario) utilizar un solo emoticon por charla.
-Las tablets NO son para sacar fotos en eventos públicos ni en viajes. Según la última convención de Tecnología y Etiqueta dicatada en el Hotel Alvear "sacar fotos con armatostes de más de 10cm x 10cm es una vulgar acción exhibicionista y antiestética". Es burdo como viajar con la propia almohada en un avión de línea.
-Poner stickers a un smartphone es tan grasa como pintarle "llamas" en el capot a un auto de lujo.
De nada, seguiremos educando.
miércoles, 31 de julio de 2013
domingo, 28 de julio de 2013
Bares de tres patitas
Una vez más, alzaré la voz de los millones de seres tecnodependientes relegados a soportar las penurias de una sociedad que se resiste a digitalizarse. Este es nuestro reclamo: ¿Por qué los bares, confiterías y boliches en general, tienen tan pocos enchufes?¿A quién le importa realmente hoy si el café está aguado, si la medialuna es vieja o si el mozo te escupió el pedido? ¿Qué mente turbada prefiere hoy sentarse mirando el paisaje antes que disfrutar una exclusivo tomacorriente de 220? Según un estudio reciente el 73,48% de los transeúntes antes utilizaba los locales con la excusa de utilizar el baño, esa misma cifra, hoy en día, prefiere mear en un arbolito pero ingresa para recargar la batería del celular o la netbook.El gran problema es la baja oferta de enchufes que hay.
Me sucedió a mí el otro día. El teléfono se me estaba quedando sin batería en el medio de la calle y tuve que meterme a un coqueto café con el único fin de recargar, al menos 10 minutos. Me senté en una mesita y pedí un cortado, saqué de mi morral el cargador y me encontré con la novedad que no tenía ningún toma a la vista. En todo el salón solo había uno bajo una mesa ocupada por cuatro señoras de unos 50 años, que jugaban a la canasta. Me acerqué amablemente a las damas para intentar cambiarles el lugar:
-¿Podría pedirles un favor? -les pregunté cordialmente.
-No nos interesa colaborar, gracias -dijo la más extrovertida, suponiendo que les iba a pedir dinero.
-Solo quería ver si me cambiaban de mesa porque necesito cargar el teléfono y la de ustedes es la única mesa con enchufe -expliqué.
-No -fue la escueta respuesta.
-Seamos comprensivos, para hablar pavadas jugando cartas, da lo mismo estar acá o en cualquier otra mesa -razoné con ellas.
La más extrovertida, además resultó ser la más combativa, se levantó con la jarrita de agua hirviendo que utilizaban para tomar té amenazándome con volcármela sobre la cara si no me retiraba.
Volví cabizbajo a mi mesa, un poco por tristeza y otro poco por vergüenza, todos me miraban.
-Flaco, si querés yo te consigo un asiento cerca de otro enchufe -ofreció el mozo al traerme el pedido.
Está bien, el baño no es el lugar ideal para sentarse a tomar el café, pero cargué el celular en un enchufe solo para mi... Eso sí, no le dejé ni un peso de propina.
Me sucedió a mí el otro día. El teléfono se me estaba quedando sin batería en el medio de la calle y tuve que meterme a un coqueto café con el único fin de recargar, al menos 10 minutos. Me senté en una mesita y pedí un cortado, saqué de mi morral el cargador y me encontré con la novedad que no tenía ningún toma a la vista. En todo el salón solo había uno bajo una mesa ocupada por cuatro señoras de unos 50 años, que jugaban a la canasta. Me acerqué amablemente a las damas para intentar cambiarles el lugar:
-¿Podría pedirles un favor? -les pregunté cordialmente.
-No nos interesa colaborar, gracias -dijo la más extrovertida, suponiendo que les iba a pedir dinero.
-Solo quería ver si me cambiaban de mesa porque necesito cargar el teléfono y la de ustedes es la única mesa con enchufe -expliqué.
-No -fue la escueta respuesta.
-Seamos comprensivos, para hablar pavadas jugando cartas, da lo mismo estar acá o en cualquier otra mesa -razoné con ellas.
La más extrovertida, además resultó ser la más combativa, se levantó con la jarrita de agua hirviendo que utilizaban para tomar té amenazándome con volcármela sobre la cara si no me retiraba.
Volví cabizbajo a mi mesa, un poco por tristeza y otro poco por vergüenza, todos me miraban.
-Flaco, si querés yo te consigo un asiento cerca de otro enchufe -ofreció el mozo al traerme el pedido.
Está bien, el baño no es el lugar ideal para sentarse a tomar el café, pero cargué el celular en un enchufe solo para mi... Eso sí, no le dejé ni un peso de propina.
sábado, 27 de julio de 2013
jueves, 25 de julio de 2013
lunes, 22 de julio de 2013
Crónica de un alocado festejo del día del amigo
El día del amigo es uno de esos festejos obligatorios. Ahora el problema es cómo lo celebramos nosotros, los que tenemos toda nuestra vida digital, hasta los amigos. Como buen líder que soy, utilizando mi facebook propuse encontrarnos a mi grupo de "fanáticos del Buscaminas":
-¿Sala de Chat, whatsapp o skype? -contestaron varios, casi inmediatamente.
-¡¡¡Chicos, es el día del amigo!!! ¡Hagamos algo más copado! -sugerí.
-¿Un juego online?
-¿Un torneo de Candy crush o de Buscaminas?
-Recién estuve googleando la fecha y, según wikipedia, "en el día del amigo se estila juntarse a recordar anécdotas y compartir momentos de camaradería" -intenté arengarlos.
-Si, google lo dice...
-Nos encontramos a las 9 en el McDonald's del Alto Palermo, ¿les parece bien? -propuse a sabiendas que lo gourmet no era importante en la comunidad virtual.
-¿9 de la noche o 9 de la mañana?
-¿Hay que ir comido?
-¿Llevamos la notebook para hacer un juego en red?
-Me imagino que en el lugar ese hay wi-fi...
-La idea es juntarnos un rato a charlar, comer algo, divertirnos... -expliqué para calmar los ánimos.
-Yo me divierto acá, en mi compu, y tengo comida en la heladera y también charlamos...
-Si, es un poco al pedo juntarnos...
-¿Beto no será un loco que nos quiere envenenar y asesinar? Al fin y al cabo lo conocemos solamente online...
-Todos somos amigos virtuales -intervine para defenderme.
-Pero el único que quiere "festejar" la amistad sos vos... Por lo menos es sospechoso...
-Y sin sentido... Contar anécdotas no puede ser mas divertido que candy Crush.
-No se acuerdan la vez que... se nos colgó el chat tres veces seguidas, fue re-loco -intenté salvar la situación.
-Boludo -me respondieron.
Tuve que borrarme del grupo ante la inminente ola de mails con virus. Esperaré unos días y me reincorporaré con otro nombre de usuario. Ni en pedo me pierdo a este grupo de amigazos.
-¿Sala de Chat, whatsapp o skype? -contestaron varios, casi inmediatamente.
-¡¡¡Chicos, es el día del amigo!!! ¡Hagamos algo más copado! -sugerí.
-¿Un juego online?
-¿Un torneo de Candy crush o de Buscaminas?
-Recién estuve googleando la fecha y, según wikipedia, "en el día del amigo se estila juntarse a recordar anécdotas y compartir momentos de camaradería" -intenté arengarlos.
-Si, google lo dice...
-Nos encontramos a las 9 en el McDonald's del Alto Palermo, ¿les parece bien? -propuse a sabiendas que lo gourmet no era importante en la comunidad virtual.
-¿9 de la noche o 9 de la mañana?
-¿Hay que ir comido?
-¿Llevamos la notebook para hacer un juego en red?
-Me imagino que en el lugar ese hay wi-fi...
-La idea es juntarnos un rato a charlar, comer algo, divertirnos... -expliqué para calmar los ánimos.
-Yo me divierto acá, en mi compu, y tengo comida en la heladera y también charlamos...
-Si, es un poco al pedo juntarnos...
-¿Beto no será un loco que nos quiere envenenar y asesinar? Al fin y al cabo lo conocemos solamente online...
-Todos somos amigos virtuales -intervine para defenderme.
-Pero el único que quiere "festejar" la amistad sos vos... Por lo menos es sospechoso...
-Y sin sentido... Contar anécdotas no puede ser mas divertido que candy Crush.
-No se acuerdan la vez que... se nos colgó el chat tres veces seguidas, fue re-loco -intenté salvar la situación.
-Boludo -me respondieron.
Tuve que borrarme del grupo ante la inminente ola de mails con virus. Esperaré unos días y me reincorporaré con otro nombre de usuario. Ni en pedo me pierdo a este grupo de amigazos.
viernes, 19 de julio de 2013
jueves, 18 de julio de 2013
Discriminación Laboral a un joven Techie
Me encontraba en la búsqueda laboral. Logré ser preseleccionado por una empresa, cuyo nombre no revelaré por cuestiones jurídico-gastronómicas, y cuando fui a la entrevista con el depto. de recursos humanos comenzó la odisea...
Entré a una sala con otros candidatos y nos encontramos que cada uno tenía frente a sí, una hoja en blanco y... ¡UN LAPIZ!... La consigna del Test de Bender (creo que así se llama según pude googlear) era copiar unos dibujos, formas geométricas... ¡A MANO!... Obviamente me invadió el pánico. No podía escanear, imprimir, ni siquiera calcar... Intenté dibujar y, por falta de costumbre, rompí la punta del lapiz, luego le saqué punta en exceso, hasta quebrar el grafito... Después de batallar con el arcaico lapiz, logré hacer unas líneas. Mis garabatos eran tan vergonzantes que alcé mi voz, quizás, en nombre de todos los jóvenes de la era digital.
-¿Es necesario hacer esto? ¿Acaso no se trabaja con computadora en la empresa? -pregunté.
-Si, el perfil que estamos buscando es de un experto en computación pero con esta prueba no calificamos tus dotes artísticas, esto sirve para medir otras cosas -respondió amablemente la entrevistadora.
-¡Me niego, en nombre del progreso, a hacer una prueba manuscrita!... Me parece invasivo, discriminador para las generaciones criadas en el teclado -grité, mirando a mi alrededor esperando se me sumaran los otros candidatos. Todos una manga de cobardes, cagones, seguían como corderitos con sus dibujitos de Bender.
-Podés negarte a hacer el test, no hay problema -replicó, mansamente, la psicóloga irritandome aún más con su tonito de superada.
-En nombre de la revolución Digital, me voy... Pero sépanlo, esto no va a quedar así...Me llevo el lapíz, prueba irrefutable de la discriminación -sentencié.
Levanté mis pertenencias y me fuí. Antes de salir del edificio intenté dibujar en una pared blanca el signo de "fuck you"... me inspiré en el "Me gusta" de facebook... la verdad no dibujaba tan mal, la motivación era otra supuse.... El lapiz lo intentaré vender online como antigüedad.
ABAJO LA FOTO QUE TOME CON EL CELULAR DE MI DIBUJO EN LA PARED. SÍMBOLO DE LA REBELIÓN.
HAGAN CIRCULAR ESTA HISTORIA, QUE NO NOS DISCRIMINEN.
Entré a una sala con otros candidatos y nos encontramos que cada uno tenía frente a sí, una hoja en blanco y... ¡UN LAPIZ!... La consigna del Test de Bender (creo que así se llama según pude googlear) era copiar unos dibujos, formas geométricas... ¡A MANO!... Obviamente me invadió el pánico. No podía escanear, imprimir, ni siquiera calcar... Intenté dibujar y, por falta de costumbre, rompí la punta del lapiz, luego le saqué punta en exceso, hasta quebrar el grafito... Después de batallar con el arcaico lapiz, logré hacer unas líneas. Mis garabatos eran tan vergonzantes que alcé mi voz, quizás, en nombre de todos los jóvenes de la era digital.
-¿Es necesario hacer esto? ¿Acaso no se trabaja con computadora en la empresa? -pregunté.
-Si, el perfil que estamos buscando es de un experto en computación pero con esta prueba no calificamos tus dotes artísticas, esto sirve para medir otras cosas -respondió amablemente la entrevistadora.
-¡Me niego, en nombre del progreso, a hacer una prueba manuscrita!... Me parece invasivo, discriminador para las generaciones criadas en el teclado -grité, mirando a mi alrededor esperando se me sumaran los otros candidatos. Todos una manga de cobardes, cagones, seguían como corderitos con sus dibujitos de Bender.
-Podés negarte a hacer el test, no hay problema -replicó, mansamente, la psicóloga irritandome aún más con su tonito de superada.
-En nombre de la revolución Digital, me voy... Pero sépanlo, esto no va a quedar así...Me llevo el lapíz, prueba irrefutable de la discriminación -sentencié.
Levanté mis pertenencias y me fuí. Antes de salir del edificio intenté dibujar en una pared blanca el signo de "fuck you"... me inspiré en el "Me gusta" de facebook... la verdad no dibujaba tan mal, la motivación era otra supuse.... El lapiz lo intentaré vender online como antigüedad.
ABAJO LA FOTO QUE TOME CON EL CELULAR DE MI DIBUJO EN LA PARED. SÍMBOLO DE LA REBELIÓN.
HAGAN CIRCULAR ESTA HISTORIA, QUE NO NOS DISCRIMINEN.
lunes, 15 de julio de 2013
sábado, 13 de julio de 2013
viernes, 12 de julio de 2013
El idioma de la Revolución Digital (1era Entrega)
Todas las culturas revolucionarias tienen su lenguaje, bastan como ejemplo el "camarada" soviético, el "compañero" peronista o el "chabón" del movimiento nacional y popular viejita stone.Nuestra Revolución Digital también está gestando un idioma que lo identifique. Algunos propuestas para utilizar en la lengua coloquial:
- Cuando te están molestando y estás a punto de reaccionar:"¡No me guglié, que me vas a encontrar!"
- Alguien anda con cara rara, de dormido, etc...."Che, ¡qué emoticón que tenemo hoy...!"
- Sos un mala onda: "¡sos un 404!"
-Algo está muy pasado de moda: "Está muy retweetteado..."
-Acordate lo que te digo... "Pen draivealo"
Nuestro Departamento de Lingüística seguirá "utilizando mucho RAM" para comunicarnos cada vez mejor.
Hasta la próxima "followeros y followeras".
- Cuando te están molestando y estás a punto de reaccionar:"¡No me guglié, que me vas a encontrar!"
- Alguien anda con cara rara, de dormido, etc...."Che, ¡qué emoticón que tenemo hoy...!"
- Sos un mala onda: "¡sos un 404!"
-Algo está muy pasado de moda: "Está muy retweetteado..."
-Acordate lo que te digo... "Pen draivealo"
Nuestro Departamento de Lingüística seguirá "utilizando mucho RAM" para comunicarnos cada vez mejor.
Hasta la próxima "followeros y followeras".
jueves, 11 de julio de 2013
miércoles, 10 de julio de 2013
Desventuras de una noche analógica
Eran casi las once
de la noche y andaba sin una gota de efectivo y, a decir verdad, siempre me
negué a hacer “cola” para sacar la SUBE. Será porque salgo poco y prácticamente
no me muevo de casa. Lo cierto es que volvía de lo de mi madre y tenía que
abordar un colectivo. Rebusqué hasta en los más recónditos bolsillos, esos que
ni recordamos que existen, pero nada, ni una moneda de 5 centavos. Supuse que
esto no representaba un problema para utilizar el transporte ya que las unidades
dotadas de máquinas tan modernas como la lectora de SUBE, me daría una rápida
solución. Frené el 152 sin sospechar que más que un micro, estaba invocando al
más vetusto conservadorismo. El ómnibus
estaba casi vacío y el chofer, celular en mano, ni siquiera me miró.
-¿Hasta dónde vas,
flaco? –preguntó el conductor.
- Santa Fe y Callao
–respondí.
El
colectivero marcó en la máquina de monedas el importe y se quedó esperando mi
reacción.
-¿Cómo vas a
pagar? –dijo de manera agresiva.
- Mirá, no tengo monedas ni tarjeta SUBE.
Pensaba hacerte una transferencia bancaria con el celu –expliqué desenfundando mi smartphone-. ¿Me darías el CBU?
La brusca frenada me hizo perder el
equilibrio y me estampé contra el parabrisas. Me había raspado la cara, las
rodillas y sentía dolores en las costillas, pero por suerte no había soltado el celular que estaba intacto. Intuí
que había frenado para buscar el CBU y dármelo. Pero el chofer, extrajo de
abajo del asiento, un bate de béisbol.
-¿Sos gracioso o
pelotudo? –me encaró.
- Es una pavada…
¿ves? Estoy conectándome a mi banco y te transfiero el valor del boleto…
- Bajate o te parto
la cabeza –ordenó.
- ¿Cómo no se van a
poder hacer transferencias? ¿Son trogloditas? –me enojé.
- ¿A quién le
dijiste trolo?
Por suerte, salir
del asiento no le resultó tan fácil, y aprovechando que la puerta estaba
abierta me fugué. Soldado que huye sirve para otra batalla digital. Por las
dudas, y para no llevarme otra sorpresa desagradable, caminé. Dicen que los
taxistas si uno no tiene moneditas, se ponen furiosos.
viernes, 28 de junio de 2013
Vida sana in joystick sudado.
¿Cuántos vivimos creyendo
que el deporte era esencial para la salud? ¿Y
los videojuegos? ¿Acaso no nos mantienen activos sin necesidad de lesionarnos o
darnos un paro cardíaco? ¿Por qué oscura razón nunca nos señalaron las virtudes
de los videogames? Me voy a detener en el que, quizás, sea el ícono de los
videojuegos: el Pacman. ¡Puta que el Pacman es un juego que transmite valores!
Recuerdo que de niño, allá en los años ’80, quizás inconscientemente, ya
empezaba a perfilarme como un firme luchador de la Revolución Digital. Mis
héroes no eran Maradona, Hugo Porta, el Lole Reuteman o Willy Vilas… mis ídolos
eran aquellos valientes jóvenes que se pasaban las vacaciones adentro de Sacoa u
otra casa de “fichines” en Villa Gesell, Pinamar, Mar del Plata o cualquier
lugar de avanzada que contara con estos verdaderos palacios de la diversión. Mis
próceres no eran figuras de bronce, inalcanzables, uno los podía ver siempre,
allí sentados, en la oscuridad de las casas de jueguitos con el joystick en
mano, superándose, desafiando al calor, sin tentarse por el mar u otros placeres
terrenales. Personajes de carne y hueso (más carne que hueso porque el
sedentarismo los volvía fofitos). No llevaban remeras con números, ellos
estampaban sus records en el videojuego, dejando sus iniciales, orgullosos y desafiantes para que alguien
intente superarlos. O al menos hasta que los encargados desenchufaran las màquinas reiniciándolase.
Mis ídolos del Pacman eran QLO o P2O, porque a parte eran ingeniosos y
utilizaban esas escasas tres iniciales para mandarle a la sociedad un mensaje
de rebeldía.
No
solo eso, el Pacman, como estandarte de la cultura videojueguil, desprendía
mensajes ecologistas (alimentarse con las frutas de cada nivel daba puntos
extra), políticos (el fantasmita “rojo”, según los expertos, era el más jodido)
¡y hasta feminista! (el rosa era claramente más inteligente que el celeste). Lo
mejor de todo es que el mensaje no era obvio,
como puede ser el ajedrez, con su clara interpretación clasista en el
que todos se sacrifican por el rey. El videojuego nos obligaba a pensar, a
reflexionar, pasábamos tardes enteras, sobre todo cuando no teníamos dinero
para fichas, debatiendo cuestiones existenciales, por ejemplo ¿son fantasmas o
medusas (claramente influenciados por el ambiente costero)?, ¿quién es el malo,
el Pacman que devora como un consumista, angurriento empedernido, o los
fantasmas que lo reprimen?
Por
estos, y otros muchos motivos, no tengo dudas, el Pacman, en mi caso, reemplazó
con creces la cuota educacional que le suelen adjudicar a los deportes. Todavía
recuerdo cuando, hace poco, les agradecí a mis viejos el haberme dado dinero y
libertad para desarrollarme jugando al Pacman y no haberme insistido mucho
llevándome a clubes para lesionarme vanamente.
-¡Ah,
la flauta! ¿Todo eso lograste con el jueguito de la ranita que cruza la calle?-
me preguntó mi padre, algo confundido, luego de escucharme alabar el Pacman.
-No, viejo. El de la ranita es el frogger –aclaré-.
Ese sí que es medio pelotudo.
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